La historia de los ocho jugadores del mini

Estimados padres y madres del equipo mini.

Seguro que ya estaréis un poco cansados de escucharme decir lo de que no importa ganar, que lo importante es formar jugadores, que ellos vienen con ocho...  ¿Y qué? Pues eso que parece que no pero... qué.

La filosofía de las categorías de formación es, como su propio nombre indica, formar jugadores, formar personas, utilizar el baloncesto para inculcar en nuestros hijos e hijas valores positivos de compañerismo y competitividad -que no competición, ni necesidad imperiosa de vencer pese a quien pese, incluso a los propios compañeros- a través del deporte, y por eso el reglamento, teniendo en cuenta esta faceta educativa, fomenta la presencia de los jugadores en el campo: todos deben jugar al menos dos cuartos, y ninguno puede jugar mas de tres, ninguno. De esta manera todos participan de manera igualitaria en el juego.

Sin embargo sabemos que no todos los jugadores poseen las mismas capacidades físicas, técnicas, de entrega para el juego colectivo, de implicación en la defensa y otros muchos aspectos que hacen que un jugador sea lo que se denomina bueno. El minibasket no quiere buenos jugadores, quiere buenos deportistas, buenos niños y buenas niñas que disfruten del deporte y de la relación con sus compañeros, busca que el jugar un partido sea una fiesta mas allá del resultado, y que todos: padres, madres, jugadores, entrenadores, ganadores, perdedores; salgan del partido con una sonrisa en la boca.

El grupo en el que estamos encuadrados este año parece que ve las cosas de otra manera, a pesar de tener 12 fichas van a los partidos tan solo con ocho jugadores... ¿Y qué? Pues eso... que conociendo la ley conocen la trampa, con ocho jugadores es imposible cumplir con el reparto de cuartos entre todos, y que, además sólo viajan los buenos y no sufren el bajón de nivel técnico que nos acontece cuando debemos completar la participación de aquellos que, por las razones que sean, tienen un mal día.

Charlando con Fran y con otros miembros del cuerpo técnico, coincidimos en que esa situación es "pan para hoy y hambre para mañana" ya que pensamos que un niño o niña que no juegue, no participará posteriormente en el club, y que el jugador que ahora no es demasiado bueno un día crecerá, aprenderá, se implicará y será bueno para el equipo.

Por eso os doy las gracias, padres, madres, cuerpo técnico, y sobre todo a vosotros jugadores y jugadoras, por disfrutar, por implicaros, por el vibrante partido del sábado pasado, por las ganas en los entrenamientos, por estar ahí, por disfrutar y por seguir aprendiendo, que son los objetivos de este deporte y esta categoría.

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